HERO CARMINA, un círculo vital completo, por Marian Raméntol

Hero – Carmina

HERO CARMINA, un círculo vital completo.

 

Tal y como indica el propio autor en el preliminar de Hero Carmina, nuestra andadura a través de las 67 páginas que lo componen es un viaje “heroico” a través de la existencia.

Como siempre que se afronta una buena lectura, las “maletas a llenar” son varias y con distintos equipajes. En mi caso, las he preparado para realizar un viaje heroico, sí, pero a través del consciente y del propio subconsciente del protagonista. Un viaje que no por enmarcarse en la heroicidad (ya el simple hecho de vivir lo es) está exento de dudas, miedos y cotidianidades.

El poemario está dividido en tres bloques o apartados, y mediante esta estructura el lector conocerá los diferentes estadios del “Héroe” y su desarrollo, desde la niñez hasta el ocaso, por lo que se cumple un ciclo vital completo.

 

PARTIDA

Bajo este apropiado título da comienzo la aventura, en la que nos remontamos a la niñez, al descubrimiento de todo cuanto acontece, sin reparos ni cortapisas. Es por tanto el ámbito del “Ello” freudiano, donde las primeras pulsaciones abarcan la creatividad sin condiciones (Un periplo sin fechas heroicas, pag. 13), los sueños que se han de forjar, y las primeras preguntas ante la propia vida:

frag.

“Los primeros intentos despuntan las pasiones,
la necesidad del aire, la lujuria;
solo son señuelos, metáforas de salva.
¿Por qué cargo entonces una lanza
   y un escudo sobre estos pies?
¿Un lápiz de sueño en cada mano?
¿Qué busco en el calor de un astro en guerra
   si lo correcto importa a nadie? …”

 

Los lugares son aun indefinidos, todo sucede como entre bruma, todo está a medio construir, hasta que aparece la razón, el pensamiento abstracto, y la posibilidad de nombrar y nombrarse (La posibilidad de un héroe como proyecto, pag 14):

frag.

“El tiempo traza sueños,
blande armas, ideales, corrige,
y retazos de leyenda buscan
   un después que la nombre.
Así llega al destrozo
   entre noches y pensamientos de amor,
desde una tiniebla sin horario,
desde un sitio indefinido…”

 

Aquí aparece ya la auto-consciencia y por lo tanto empieza a formarse, poco a poco, un nuevo escenario. El niño ha avanzado en su aprendizaje, éste pesa y se entreabre a la vergüenza, a la carga y a las aflicciones. Nuestro “Héroe” empieza a constatar que la vida no es tal como la “inventamos” y eso conlleva contradicciones, dudas y oscuridad (La lucha interior del adalid, pag. 17):

frag.

“Veo la oscuridad
   y no sé si la noche es la de afuera.
Todo se va cuando la mano injusta
   desborda la tarde,
se ahoga el sentido y se opaca el derredor. 

La mentira es insolencia,
albur en vísperas de un abismo,
anticipo de una idea hecha pesadilla.
Estoy habituado a ese murmullo
   y el caos parece sensato,
necesario, jubiloso…”,

por lo que el proceso de “formación” del héroe se convierte en menos ideal y más carnal dando paso a la realidad del ser humano, con sus miedos y frustraciones (Cavilaciones de peso frente a la naturaleza de las cosas, pag. 22):

frag.

“…Quizá los deseos se cifren en presente
   y adjetiven un futuro con lealtades
o con un abrazo redentor,
pero llegan los vacíos y el lamento,
el sonido de los pasos que no di,
los corredores insospechados,
la infamia de la ceniza.
Los gritos son parte de ese azar,
de ese temblor indetenible…”

Nace también la necesidad de auto-afirmación, la búsqueda de certezas, ya sin bruma, con paisajes internos cada vez más concretos (Alrededor, la oscuridad de la materia, pag. 30):

frag.

“…No comprendo la razón del ser
ni el ser de la razón;
sólo siento la inquietud,
el altercado entre lo desparejo
   y la vacilación del orbe, fingiendo ingenuidad…”,

y afirmaciones que nos abren la puerta de otra habitación muy distinta, la puerta de la madurez (Temblores entre la sombra y la luz, pag. 32):

frag.

“…El sol insiste en conocerme,
en sembrar sentido
ante el umbral de un estrago.
¿Cuál es la llave de este abecedario
fundado en el cansancio
donde la reflexión se deshace
y el corazón late a ciegas?…”

 

GESTA

 

Llegamos así al segundo bloque de Hero Carmina, donde el protagonista se ha hecho ya a sí mismo, abandonamos por tanto el ámbito más pasional  y nos adentramos en la madurez del individuo, en la búsqueda del equilibrio entre la pulsación inconsciente del “Ello” y la aceptación de la realidad con sus limitaciones, normativa, ética y moral. Entramos de lleno en el ámbito del “Yo”. Aparecen, por tanto, distintas cadenas de mando, conceptos como la soberbia o la vanidad (El puro imposible del honor, pag 36) y el “cansancio” del protagonista ante los avatares de esa gesta que es la vida.

frag.

“…El tumulto no es música del viento,
es sangre rota, espuma de triza, desánimo.
No quisiera estar aquí
sino regando el verde de la tierra…”

El héroe (que aquí empieza ya a perder su inicial en mayúsculas) comienza a ser consciente de su debilidad, de sus tropiezos (Balbuceos de la razón, pag. 38) por otra parte necesarios para su avance-:

frag.

 “…Sólo intento superar la asfixia,
la opresión, el tedio, la acidez,
la desolada esperanza de equidad.
¿Dónde, la lógica, el juicio, la razón?…”
;

y toma conciencia de su ser y de sus orígenes (Unguis et rostro supra eorum, pag. 40):

frag.

“Soy Narmer,
soy Sargón el tirano,
el escudero huérfano de Aníbal Barca,
el primer ballestero de la Torre del Este,
un escritor manco o el guardián pontonero
de la última fortaleza de Atenas;
soy el timonel
de Pedro Sarmiento de Gamboa,
un segador gallego de Forcas, desocupado
y sometido a la injusticia.
 

Soy todos en esta cadena seminal,
un retal de polen,
una progenie de grises
   destinada a cuidar el mundo
   y mantener las fechas…”

Nuestro héroe no solo vive, inventa, camina y crece como lo hacía en “Partida”, en “Gesta” empieza ya a “recordar”. Las experiencias vividas le permiten pues la valoración, la confrontación y la toma de conciencia “del mundo” (Los tiempos de remanso dilatan las horas, pag.42):

frag.

“…Lo cierto es que el tiempo afloja los postigos,
las cenefas, los ideales;
sacude los relojes,
los cansa, los consume,
luego cruza los cuartos y desaparece
para consentir el sueño…”

 (Cicatrices de la ficción, pag. 43):

frag.

“…El estrépito de la calle impide oír la soledad,
sólo caminar parece cierto
a pesar de la ceguera.”

A estas alturas de la evolución del personaje, éste empieza a doblegarse ante ese mundo que digiere y que, en mayor o menor medida, comprende, y por ello, se somete ante él (Parpadeos de un derrotero heroico, pag. 44):

frag.

“Los caminos se obstinan en contar mis pasos,
devotos de este acero, lo buscan con avidez,
lo alientan al ensueño,
lo llevan a crear una utopía,
a traducir la risa al idioma que convenga…”

No se trata solamente de la asunción del mundo si no que asume plenamente, y a su vez, la relatividad de su “heroicidad”, otorgándole realismo y contundencia. Ahora ya no se trata del adalid que se lanza a la batalla para buscar gloria o riqueza, si no de un asalariado ante la sociedad que lo gobierna (Friegas de escombro en el abertal de la noche, pag. 46):

frag.

“…Una paga miserable
me obliga a repetir la bravura.
Me atrevo a respirar todo el tiempo
y dejo el aliento en lo inútil,
sirvo a otro, me derrocho.
Es de cemento la comedia.

Reverberan las sombras de la ciudad
a lo largo de calles tácitas
por donde vago sin son y sin remedio.
Hay condenas, iniquidad, desahucios,
y tanto espacio en las praderas…”

 

Y aparece, inevitablemente, el desconsuelo: Ciego, sordo, simiesco/ agitado por la carga,/ busco coartadas para respirar/ en un abismo de carbón”.

Y con el desconsuelo abandonamos este periplo para adentrarnos en el último apartado del poemario.

 

RETORNO

La comprensión del pasado lleva a nuestro héroe (aquí, definitivamente, lo escribimos con minúscula) a la búsqueda de la serenidad. Hemos llegado al “campamento” del “Superyó” donde las valoraciones punitivas y las reflexiones incriminatorias no son tratadas simplemente como aceptaciones de las normas sociales y la entonación de un “mea culpa” al uso, si no más bien,  como la asunción del propio ser (“Ahora soy de nadie/ de todos desaparezco”). Nuestro protagonista regresa a los lugares apacibles en busca de algo de amabilidad, abandonando contiendas y refriegas (Redención por el solaz, pag. 54) consciente del desaliento y de la soledad, aspecto éste último que cobra, aquí, una dimensión casi emancipadora.

frag.

“…Dejo la armadura en la calle
   y a dos pasos la alabarda.
Vuelvo por el fuego sencillo,
por el calor de la cena.
No tardaré en retomar el trabajo,
el cometido de viento,
la voluntad de ser al filo de un barranco…”

 

El regreso, el recuerdo, el desamparo, el remedio o el cansancio se convierten en este último capítulo en compañeros de viaje de nuestro héroe, tan protagonistas como él mismo, con tanto peso, tanta carga, tantas verdades y tantas otras mentiras en su haber. Y entre todos ellos, nos llevan de la mano hasta al último de todos los pasajes, de todos los andenes, de todas las estaciones, nos llevan directos al olvido.

Así acaba el círculo, el héroe que poco a poco va abandonando la “Idea” en favor de su propia  “Existencia” fundido en los poemas que lo dibujan y definen a lo largo del ciclo vital, el suyo, el nuestro, el de la humanidad.

 

Marian Raméntol, Barcelona, Febrero 2018.

 

 

 


Marian Raméntol (Barcelona, 1966). Miembro del grupo poético LAIE (2004-2009). Directora de la revista La Nausea desde el año 2006. Miembro del grupo musical O.D.I. desde el 2006. Miembro del colectivo artístico Grup Tremó (2010).
Miembro del grupo poético-pictórico-musical Oxímoron (Piropoesía y música cuántica) (2008-2010).  Su obra ha sido traducida a: Estonio, Armenio,Búlgaro, Alemán, Italiano, Portugués, Inglés y Rumano. 
Ha participado en el VIII Festival Internacional de poesía Moncayo (Zaragoza), I Festival Internacional de Poesía y Microrrelatos de Viladecans 2011, 18ª Festival internacional de poesía de Curtea de Arges (Rumanía), V y VI Encuentro Internacional ELILUC (Miami-Florida) y ha sido invitada al Festival internacional de poesía de Cluj (Rumanía) y al Festival Internacional de Pereira (Colombia).
Actualmente, en el ámbito literario, combina su actividad de dirección de la revista cultural La Náusea con la traducción de poetas contemporáneos italianos, la corrección y maquetación de poemarios, la impartición de clases de poesía en verso libre; y en el ámbito musical elabora con el proyecto O.D.I. la banda sonora y la producción de audio tanto para cortos como para largometrajes.
Obra publicada:
  • El insomnio de los verbos cansados. Edita: LN ediciones (E-Book). Junio 2017.
  • Primaria, decisiva e inaprensible. Edita: Alkaid Ediciones. Abril 2015.
  • Avui fosquejo morta & El silenci plou sobre les pedres. Edita: Ediciones Alvaeno. Agosto 2013. Edición en catalán que incluye dos poemarios, Avui fosquejo morta, de Marian Raméntol y El silenci plou sobre les pedres de Francesc Fortuny i Fabré.
  • Mu mürgine arm, mina ei ole loogika. Edita: Tartu Ülikooli Kirjastus. Marzo 2012. Edición bilingüe estonio-castellano. Selección de poemas de las obras «Hay un área de descanso un poco más abajo de mi vientre», «Duología poética», «No hubo apenas mar en el desnudo abierto de tus ojos», «Los muñecos diabólicos de mi caja de pájaros» que comprende el período 2006-2010. Selección y traducción a cargo de Jüri Talvet.
  • Con mi nombre doblado sobre la cama. XVIII Premio Nacional de poesía Acordes. Edita Ayuntamiento de Espiel. Córdoba.2011.
  • Poemas 2011. XXVII Concurso de poesía Ciudad de Zaragoza. Accésit Pancartas incendiarias en mi pecho. Edita Ayuntamiento de Zaragoza.
  • Maldiciones del lado de la sombra. En coautoría con Cesc Fortuny i Fabré. Audiolibro-objeto. La Náusea Audiolibros (2011).
  • Los muñecos diabólicos de mi caja de pájaros. IX Premio Vicente Núñez de Poesía. Edita Diputación de Córdoba. (2010)
  • No hubo apenas mar en el desnudo abierto de tus ojos. VIII premio de poesía Leonor de Córdoba. Colección Daniel Leví. Asociación Cultural Andrónina. (2009).
  • Duología Poética, Un blues no es suficiente razón para morir y Pretendo que una guerrilla de poemas ataque de improviso el ático de dios. (Ediciones Atenas, 2008)
  • Comiendo Pelos Como Herejía Poética. (Ediciones Atenas, 2008)
  • Hay un área de descanso un poco más abajo de mi vientre. (Ediciones Atenas, 2006)
  • La Noria del Festejo. (Ediciones Atenas, 2005)
Obra publicada como traductora:
  • El murmullo de las cosas de Francesco Politano (Italia). Traducción al castellano. Editado por Asociación poética Caudal, serie Itálica, nº 2. 2014.
  • Monstruos Gentiles de Anna Ventura (Italia). Traducción al castellano. Editado por Editorial Emboscall. Colección Peccata Minuta. 2012.
  • Canciones Itálicas de Mircea Opriță. Tinta China, revista de literatura. Abril 2011. Ágora, papeles de arte gramático nº 20-23. Abril 2011.  Revista Poe+, nº 7, noviembre 2010, y nº 8, diciembre 2010. Revista El Alambique, nº 2. Fundación Alambique para la poesía. Noviembre 2010. Revista literaria El Coloquio de los Perros, nº 27.Octubre 2010. Revista Ágora, Papeles de arte gramático, nº 21. Noviembre 2010. Revista de poesía Piedra del Molino, nº 13. Otoño 2010.
  • La pequeña golondrina/la petita oreneta. Traducción al castellano y catalán de la obra original en italiano de Liberato Quaglieri, La Piccola Rondine. Revista cultural La Nausea. 2010.
  • Giorgio Barberi Squarotti. Traducciones publicadas en Porta d’Italia, biblioteca Eldigoras EOM. Espacio dirigido por Carlos Vitale.
Obra premiada:
  •  Accésit en la vigésimo séptima edición del Concurso de Poesía Ciudad de Zaragoza con el poemario «Pancartas incendiarias en mi pecho». 2011.
  • XVIII Premio Nacional de Poesía ACORDES2010, convocado por la Casa de Cultura de Espiel (Córdoba), con el poemario «Mi nombre doblado sobre la cama».
  • Primer Premio en el Certamen de poesía Vicente Nuñez , convocado por la Diputación de Córdoba, con el poemario «Los muñecos diabólicos de mi caja de pájaros». 2009.
  • Premio del Público en el IV certamen de Poesía del Miedo convocado por Olifante, Ediciones de poesía, con el poema «Ellos ven la pupila desangrarse donde acaba la voz». 2009.
  • Primer Premio del VIII certamen de poesía Internacional «LEONOR DE CÓRDOBA» de la ASOCIACIÓN CULTURAL ANDRÓMINA, con el poemario «No hubo apenas mar en el desnudo abierto de tus ojos». 2009.
  • Primer Premio del III certamen de poesía Villa Ingenio 2008. Las Palmas, con la obra «Pretendo que una guerrilla de poemas ataque de improviso el ático de Dios»
  • Premio nacional de poesía Antero Jiménez 2006, Torredelcampo, Jaén, con la obra “Un blues no es suficiente razón para morir”
  • Accésit al premio de “poemes Curts” de Callosa d’en Sarrià 2005
  • Primer premio de los Juegos Florales “Sant Jordi” de Monistrol de Montserrat 2005
Instalaciones poéticas en exposiciones: (clica Aquí para más información)
  • Embudo entre dos mundos. Instalación compuesta por dos obras complementarias. Obra cedida para su exposición permanente en Konventpuntzero, Colónia Rosal. Berga. 2011.
  • Dona. Instalación móvil. Exposición «Día internacional de la mujer». Sala Can Gibert. Monistrol de Montserrat. 2010.
  • Digestió de dones al Capvespre. Exposición «Día internacional de la mujer». Sala Can Gibert. Monistrol de Montserrat. 2010.
  • Organipoema. Obra realizada conjuntamente con el escultor Josep Lluís Casaseca i Leal. Festival Tremó 2009. Monistrol de Montserrat.
  • Lluvia de poemas. Instalación móvil. Exposición intinerante «Artistes dels Portals». Collbató, Bruc, Marganell y Monistrol de Montserrat. 2008.
  • Poemàtics. Exposición Monistrol Niu d’Art. Muestra de artistas monistrolenses. Sala Can Gibert, Monistrol de Montserrat. Mayo 2008.
  • «Ya no se centrifugan las Mañanas», poema. Exposición homenaje «Dibuixos de’n Jordi». Sala Can Gibert. Monistrol de Montserrat. Actualmente la obra está cedida para su exposición permanente en en centro de arte Can Serrat (El Bruc).2008.
Desde el año 2006 ha colaborado en diversas publicaciones y portales en la red, en su mayor parte con obra poética aunque también ha publicado ensayo y artículos de opinión. Ha sido entrevistada en múltiples revistas, y su obra ha sido ampliamente difundida en red, radio y televisión.

DE PERFILES, VÉRTICES, PLANETAS, CUERPOS, ÁRBOLES Y ESCENARIOS y NUMB, LA ESPERA SOSTENIDA, primer poemario de BEATRIZ PÉREZ SÁNCHEZ

BEATRIZ LA DE JULIANA Y MARIAN (*)

¿Y tú de quien eres? preguntaban los exilados al regresar al pueblo después del genocidio que siguió a la derrota. Y tú decías los motes de padre y madre para que los exiliados orientasen sus sandalias sentimentales hacia una genealogía tan llena de nostalgia como de perplejidad. Coño, tan chico y eres hijo en vez de nieto, no preguntaban sino se decían así mismos tratando de volver a situarse en aquel intríngulis de lejana cercanía que eras tú frente a padre y madre, aunque los abuelos no dejaron de contar. Es que nací muy tarde, dicen padre y madre que me escapé, que ya se había pasado la hora de nacer.
De perfiles, vertices, planetas, cuerpos, árboles y escenarios y Numb, la espera sostenida
No pasa lo mismo con este poemario que tengo vigilado con los párpados del hambre, como sucede con la primera novia, el primer viaje a solas, el primer curso de la uni de una nieta, quizás el primer beso, la primera vez de todas las cosas. Yo sé que Beatriz Pérez Sánchez tiene buena salud literaria porque es de Juliana Mediavilla, la filóloga que destruye distancias con los misiles de la literatura, la madre de Ricardo, la que no presume que sabe sino que sabe. Y también es de Marian Raméntol, que es varias tormentas de expresiones artísticas, pero a quien la literatura le hace expandirse más allá de sí misma siempre, en un boca a boca con otras gentes y otros universos que delatan su apostolado sin segregaciones.
Lo primero que hay que agradecerle a Beatriz Pérez Sánchez a la hora de su primer poemario es que se haya salvado de la abundante tentación de escribirse en vez de escribir, y que lo que hay de ella en los poemas parece llegado de fuera, como una influencia de una dibujante, una retratista, una pedagoga que se mira, se estudia y se dice con un comunal lenguaje lejos del misticismo laico que al final siempre es una trampa que aleja más que acerca.
Por eso la natural consecuencia ante Beatriz Pérez Sánchez es que no abdica de sí misma para quedarse en un mundo de emociones, sino que se adentra más fuera y provoca reflexiones.
Yo soy polígamo, amo la poliandria, y no se me pueden pedir exclusiones porque eso es como renunciar a tantas cosas donde bebemos a diario nuestra hermandad con la esperanza. Pero si tuviera que quedarme en la monotonía de una monogamia y dejar en la cuneta todo lo demás, me quedaría con sus poemas cortos. No hay en ellos una sola coartada, como cuando los surcos de la emigración del campo a la ciudad obligaban a las familias a compartir piso con derecho a cocina, perdiendo intimidad e independencia.
En la fecunda brevedad de las entregas poéticas de Beatriz Pérez Sánchez está el aviso, el telegrama, la punta del iceberg de su independencia. De su intimidad ni hablo, porque un territorio tan sagrado siempre sobra en un poema, y sólo es un recurso llenito de pobreza.
A lo mejor desbarro si, atento lector, parece tremendismo decir que en el primer poemario de Beatriz Pérez Sánchez hay tanta filosofía como sentimiento.
Dicho así, con una rotunda elementalidad, puede parecer que jibarizo una ambición literaria, que minimizo el mundo emocional de donde nació el libro. Y sin embargo la intención es justamente la contraria: proclamar la transversalidad de un libro que sirve para todos porque todos lo escribiríamos al vernos en él.
Evidentemente hay en el libro árboles y trenes insustituibles. Y alguna tarde que se despertó áspera, pero con una seducción imposible de erradicar de la memoria. Y hay también algunos enigmas que este lector tozudo pero imberbe no acierta a descuartizar. Me refiero a la identificación del ritmo, la cadencia, el fantasma de la prosa poética cuyas lindes a veces se organizan o se desorganizan para sustraernos la serenidad de las lagunas, o la difícil identificación de las besanas.
Para un anarquista sentimental como el que firma, esto no tiene importancia. Porque lo que cuenta es andar explorando hacia adelante sin sonambulismos. Un purista, acostumbrado a hermetismos doctrinarios, haría algún reproche.Beatriz Pérez Sánchez
Está muy claro que la asonancia/rima de la página 36, por ejemplo, es una imprescindible provocación: ahí está el poema. Sin embargo algunas asonancias turcas parecen fruto de una falta de reposo. No pasa nada, una cosa son las víboras y otra muy distinta los grillos, aunque yo, que sé que nunca África tuvo la llave de la primavera, las hubiera evitado. Más que nada porque hay quien se queda solamente en los lunares.
Si auscultamos adobe a adobe el lenguaje y desembocamos en el vocabulario, veremos que este es aguerrido, vertical, crónico, múltiple, tertuliano, personal y sensible. Como si la escritora, al salir a escribir, entrase en una geografía interior donde vive varias vidas, quizás una en cada poema. O una sola vida que se va enseñando, como los cronistas oficiales de una ciudad (también vale un barrio) van construyendo parte de su historia a medida que van dejando huella de los sucesos o de las ocurrencias.Esto es imprescindible para adecentar la lectura, erradicando la monotonía no sólo temática sino formal: cada toro tiene su lidia y el torero que no entienda eso debe dedicarse a otras cosas más llevaderas, como dar clases de corte y confección por correspondencia o curar catarros. Por ejemplo.
La pasión por escribir no se inventa, y el oficio de escribir va al compás del tiempo y los acontecimientos. Escribir es hablar consigo mismo y con los demás, conjugarse en una conversación simultánea, propagar la noticia de que existes, te pasan cosas que no te sobran sino que quieres compartir como los barcos se reparten cachitos de mares, abrir las puertas del corral donde los gallos de la madrugada esperan el alba y los prados, ser más locuaz y más loco que los demás y que estos te acepten porque al leerte, crecen.
En Beatriz Pérez Sánchez se dan estas condiciones, parece que su primer libro tiene tempero para los siguientes. Porque alerta y no aburre.
En todo el libro aletea suavemente una salsa de simbolismo que en ocasiones se convierte en surrealismo. Por este camino caminaron todos los poetas importantes, alguno encontró ahí la cima, pero ninguno se quedó.
Porque el poeta que escribe el mismo poema o se viste con el mismo vestido, aunque se endomingue, tiene muy cerca el final de sí mismo. Y lo peor de todo: que la agonía no llega por decisión propia, como la de Sánchez Ferlosio, o porque el pozo se seca con un solo sorbo aunque sea de cava, como Carmen Laforet, sino por aburrimiento.
Hay poetas que empiezan y acaban en un solo poema, aunque lo escriban cientos de veces. Entonces ya no hablamos de otra cosa que de hastío o pereza de un lector al que le gustan los menús de varios platos, como en las bodas de mi pueblo.
Un poeta es un vicioso de la evolución, a veces a su pesar, pasa de la promiscuidad al sosiego a solas, y cuando acaba su vida, acaba su obra. A veces sucede un leve milagro en el que una poeta recién llegada se multiplica en un único instante, el del libro, como si fuera una antología de varias ansias, de casi todos los sueños. Y entonces un purista diría que al libro le falta una médula unigénita que le identifique, o que se ausentó algunas veces la técnica.
Esto no vale más que la certeza de que el libro es un punto de partida, cuajadito de ganas y no seco de nobles ambiciones. A partir de él,     la lengua literaria que no entiende de silencios o si no el libro no sirvió para mucho.
A mí me parece que este primer poemario de Beatriz Pérez Sánchez es una buena conexión de aguas mansas y aguas bravas, aunque estas últimas se resguarden bajo la máscara de la serenidad, como la tía Tula escondía sus pasiones.
Un libro no nace para quedarse. Un libro sale al campo para propagarse y crecer. Yo creo que Beatriz Pérez Sánchez está en ello.
                                                                                                                             Valentín Martín
(*) Marian Raméntol

UN POEMA DE MARIAN RAMENTOL A JORDI VIRALLONGA EGUREN

ME AGACHO SILENCIO ABAJO

Jordi Virallonga Eguren

Jordi Virallonga Eguren

                             A Jordi Virallonga Eguren

Afincada en las horas bajas,
donde los pórticos despiden a las sombras
demasiado maduras,
y el desmayo de las calles
se escribe en el último murmullo del estanque,
allí, en el rincón residual de una mirada,
extiendo los brazos
hacia el pecho ardido
de un sol innecesario.

Suspendida y entelada,
amamanto azules primigenios
mientras mi casa traslada su penitencia.

Deshago la boca arrastrada de la noche
para que el mundo no duela, para que
los hijos seniles no se arañen los pies,
jugando – con catástrofes de chapas torcidas-
a inyectarse el frío y a apuntar bien lejos,
con ametralladoras de leche rancia
y munición labial sin apetito.

Me agacho silencio abajo, muy abajo,
para que todo pase, pero no pasa nada.

Marian Ramentol

Marian Raméntol