EQUINOCCIAL (Cuaderno), de Amanda Tomalino – Squeo 13

14x20, 16 pag.

Poesía, 2006.

Arte de tapa: Mónica Caputo.

EQUINOCCIAL, de Amanda Tomalino

Equinoccial, poemas de Amanda Tomalino

13,5×21, 124 pag.

Poemas de Amanda Tomalino (San Marcos Sierras, Córdoba).

LIMINAR por

Andrés Utello, Rodolfo Bracelli y Alberto Luis Ponzo.

El lenguaje poético pertenece a aquellos que intentan diferenciarse de un mundo masificado y adormecido.
Acceder al lenguaje poético es el desafío que Amanda acepta con sostenida pasión y palpitantes aciertos.
Su poesía es fresca y ágil, con sentencias cortas que se apoyan, generalmente, en lo bravío del monte y en el despliegue cromático del paisaje. Ella cruza el umbral del silencio y luchará por su voz por el tiempo.

Andrés Utello
¿Hará falta decir, anticipar, que su poesía tiene el semblante del aire de San Marcos Sierras?
¿Hará falta agregar que este libro, lejos de los ruidos que no son sonidos, lejos de vidrieras, frivolidades y urgencias, permite perpetuar la pulseada de las pulseadas?
¿Hará falta explicar, que en su pulseada, de un lado están los misiles, los hacedores de la nueva exclavitud, los suicidadores del planeta y, del otro, los porfiados, denodados, hacedores de sueños?

Rodolfo Braceli

No estamos frente a un libro de poemas que podamos explicar. Lo inexplicable en su poesía es la «evidencia de la realidad» sin los aparatos de la retórica tradicional.
Entonces… ¿Dónde queda el lugar para los otros sistemas de apreciación poética?
Ella confía en las cosas que tienen una nueva significación y les da la voz que le transmite sólo la naturaleza.
Por eso, en cada uno de sus poemas está vivo el lenguaje y ella misma da idea de todo lo vivido: «Toda la tarde / crecieron voces / preguntando / por las cosas que queremos.»
También en su lenguaje se suceden las mutaciones más expresivas y sorprendentes que a veces se escuchan en otras dimensiones, como: «Esas flores que se abren / sobre los días / de puro ser / silenciosas.»
Sus poemas pocas veces exceden las diez líneas, como si dentro de esa rigurosa construcción fuera mejor contener la maravilla del mundo y captar hasta el silencio.

Alberto Luis Ponzo

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CARTA DE ROBERTO DI VITA

Bs. As. Agosto de 2012

Este implacable agosto con sus aguaceros temibles, me tienen de herrumbre Amanda y decido toda esta tarde a releer los dos poemarios que generosamente me hiciste llegar desde tu San Marcos Sierras, Córdoba.

Ese San Marcos que supimos llenar de poemas, en recitales y encuentros en esa hermosa Escuela, con su patio abierto a la Luna y sus plantas florecidas en esas mañanas, que nos convocaban a la amistad de los versos.

A tantos hermanos poetas de los cuatro puntos cardinales del país. Casi como un ritual que no efectuaba desde hacia tiempo, escribo en mi portátil rémington 15, por el gusto de escuchar sus teclas, tecleando estas palabras del corazón hacia tus poemarios.

(luego las pasaré a la computadora).

Lo hago porque si, como una ofrenda a la ofrenda de tus libros.

Ahora que la lluvia me tiene aquí cobijado y con dos gatas mías, que me dictan este comentario. Que puedo decir de tu “Equinoccial”. Amiga, Amanda. Andando lejos con tus poemas.

Que tu Equinoccial, libro, me hacen añorar que venga pronto setiembre y marzo, para que los días sean iguales de bellos a las noches templadas.

Que tu Equinoccial, me conmueve con eso tuyo de “Donde quiera  / Que vaya   estoy volviendo”… y “Existir”, para que digas “Aquí  puedo nacer / y ser sal con lo que queda

de mis manos». Y que suscribas que en un país llamado Agosto…..puede que se encuentre    “Una ronda   de pan   en la ventana”.

Y de tu poema  Troya, que digas…. “con los colores,  /   del  peligro.     Con fantasmas y espadas. / Mayúscula de mujer»…   Ella la que se juega de amor y los poderosos no saben más que desatar la guerra y el exterminio.

Y luego paso a tu libro “El cuerpo infinito”, y yo que tengo sed de trenes, me digas “Pasa el tren. /  Pero un tren    no alcanza  /    para contar la historia…” Tantos parajes robados de tren saben de ello… y tus pobladores lo saben Amanda.

Y desde tus sierras, sabes que…”Mas allá  /   se alza el mar  /  con sus ojos redondos  /  desvelados”. Y también sabes que… “En cada fruta /   hay un río…”   y luego te dedicas a poemar diciendo…”Que haya pan /   y mucha piedad   en las estrellas”….y Me encuentro con esta “Perspectiva” de… “Cada hombre /   es un  verso,…/ un fragmento libre /  en la tierra /    vacía » Y luego comprobar que…”todos los caminos se irán/…. Por el hombro sereno /   de   la  tarde”.

Mi juicio Amanda, no es otro que celebrar tus dos libros, que contiene bellos poemas y que dan ganas de viajar con ellos, a lo equinoccial de la vida y de la humanidad.

                                                                                                                                                                     Roberto Di Vita