Y PREGUNTAN LAS SOMBRAS…, de Gladys Edich Barbosa Ehraije

Y preguntan las sombras

14x20, 76 pag.

Poesía (2008).

POESÍA HACIA EL NUEVO MILENIO – ANTOLOGÍA DE POETAS ARGENTINOS, TOMO II

14x20, 128 pag.

Poesía (2000). Liminar de Ricardo Rubio. Arte de Tapa: Hilda Mans.

Antologados: Gladys Edich Barbosa Ehraije, Norberto Barleand, Julio Carabelli, Susana Cattaneo, Ayelén Correa, Carlos Cúccaro, Alba Díaz, Jorge Luis Estrella, Nélida González Montaner, Leonardo Gastón Herrmann, Zoraida Laveglia, Sandra López Jachú, José Martínez-Bargiela, Graciela Maturo, Elvira Otero, Aldo Parfeniuk, Horacio Preler y Rolando Revagliatti.

UNA LENTA ESTACIÓN ENTRE DOS SOLES, de Gladys Edich Barbosa Ehraije

14x20, 48 pag.

Poesía (1999).

Arte de tapa: Mónica Caputo.

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PALABRAS PRELIMINARES de Carlos Enrique Berbeglia

Una característica notable del hombre consiste en ser transformacional. Gracias a la generosidad de la naturaleza que, hasta ahora, creyera inagotable, y, siempre, martirizara y que le proveyera de una variadísima materia prima, supo valerse de su entrega con el fin de modificarla, mediante el urbanismo y la ingeniería, convertirla en bienes de consumo diverso, por la tecnología, o en belleza a través del esfuerzo de los artistas plásticos.
La poesía entendida como obra de arte también es transformacional, pero en lugar de enfrentarse, v. g., como el escultor, con la materia virgen y modelarla, actúa sobre las palabras, «materia» estrictamente humana, crea a partir de ellas. Cabría, por lo tanto, considerarla «transformacional en segunda instancia», aunque, no por esto, abocada a una labor menos creativa que el resto de las artes plásticas. Y, si bien al íntegro conjunto de la literatura, transformadora en su totalidad y también en «segunda instancia» de un lenguaje carcomido por los lugares comunes, las convenciones, el automatismo y el cansancio cognitivo de que hace gala la elocución humana, le corresponde la misión de profundizar en las emociones (y formalizarlas), ha sido siempre por excelencia la poesía la que se encargaría de su manifestación con mayor solvencia estética.
Desde esta perspectiva la forma poética, breve y precisa de Gladys Barbosa presenta, mediante una sucesión de imágenes, impecables en su contenido y perfectas en su enunciación, las emociones palpables de quien poetiza la realidad desde la realidad en sí misma y no a partir de alguna escuela literaria o meramente se dedica a proclamarla desde un parnaso decadente y solipsista.
No hay, en la escuetez de su poesía, ni un giro lingüistico de más, aunque sí una toma de posición gnoseolólgica y existencial ante el dolor y sufrimiento universal y propios —leit motiv de ester poemario— como ilustran los poemas «No existe la verdad» , «Rompe el deseo» o «La mujer».
A diferencia del aforismo, que reduce y calcifica la experiencia, la brevedad poética de la autora logra, gracias a expresiones de una parquedad casi mística («arañando la tierra/ se descubre/ la sombra de la rosa») el efcto absolutamente contrario: el símbolo y la metáfora la concentran y enriquecen. La poesía, mediante el recurso de la imagen, «abre» al mundo, el aforismo, por el contrario, lo cierra.
Con el mínimo alcance de nuestras propias palabras nosotros también celebramos su apertura.

Carlos Enrique Berbeglia
Buenos Aires, octubre de 1998.

AGONÍA DE LABIOS, de Silvina Delbueno.

14x20, 68 pag.

Poesía (2000).

Silvina Delbueno nació en la ciudad de La Plata en donde cursó sus estudios universitarios. Desde 1992 vive en Azul, Provincia de Buenos Aires desempeñándose como Profesora en Letras, Profesora de Francés en el Establecimiento de Enseñanza Media, y como Profesora de Griego en nivel Terciario.

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PRÓLOGO de Gladys Edich Barbosa Ehraije

Unidad de viento.
Repetición de algas.
Línea de tempestad.
Desde la proa de salitre el barco inicia un ir y venir que no cesa.
Cada golpe estremece los canales, los libera, los hunde.
Así, Silvina Delbueno, acerca en luminosidad su libro, primer intento de aplacar la sed en el vestigio de la hora.
Sus poemas son abismo, frontera y luz. Conjugación constante de la vida, certero devenir, nacimiento, presencia.
Busca de esta manera «hallar la textura inacabada del poema», dibujar rastros dormidos al sol a partir de la síntesis, hecho que la lleva a «conocer el origen de los sueños».
Acabadas metáforas le permiten transitar «la soledad de la casa» y a preguntarse y preguntarnos: «¿cómo uqitarle furia a la vastedad de la palabra?».
Palabra que celebro: «como un llamadode arena en las ventanas», porque «quienes rondan la niebla», son al decir de Olga Orozco:
«Una llave que abre un panel del muro», muro que derribamos para sber que «también la luz es un abismo».

Gladys Edich Barbosa Ehraije
Azul, 7 de marzo de 2000.

PROFECÍA DE CIGARRAS, de Gladys Edich Barbosa Ehraije

14x20, 92 pag.

Poesía (2001). Incluye La penúltima rosa de abril.

Tapa 2


Arte de tapa frente 1 y frente 2: Lilian Midolini Barbosa.

LAS VOCES QUE SOMOS, antología poética

las voces que somos, antología poética

14x20, 144 pag.

Antología poética de La Luna Que (2005). Prólogo y selección de Ricardo Rubio. Arte de tapa: Mónica Caputo.

Antologados:

Antonio Aliberti, Emilse Anzoátegui, Elvio Romero, Norberto Alessio, Gladys E. Barbosa E., Norberto Barleand, Daniel Battilana, Haydeé Lilí Canaletti, Omar Cao, Mónica Caputo, Ayelén Correa, Celestina Di Biasi, Nélida Delbonis, Robero Di Pasquale, Jorge Luis Estrella, Miguel Ángel González, Zoraida Laveglia, Sandra López Jachú, José Martínez-Bargiela, Elvira Otero, Hugo Enrique Salerno, Andrés Utello, Juan-Jacobo Bajarlía, Jacques Canut (Francia), Noreberto Corti, Jaime de la Gracia (Colombia/Alemania), Amadeo Gravino, Alba Correa Escandell, Carlos Kuraiem, Graciela Maturo, Raúl Pérez Arias, Alberto Luis Ponzo, Andrei Rodosski (Rusia), Juan Ruiz de Torres (España) y Marcos Silber.

ICOSAEDRO, antología poética argentina

Icosaedro, antología de poetas argentinos.

14x20, 128 pag.

Antología de poetas argentinos (2007) que incluye los siguiente autores:

Norberto Alessio, Gabriela Antón, Gladys Edich Barbosa Ehraije, Norberto Barleand, Gino Bencivenga, Mónica Caputo, Norberto Corti, Silvia Marina Crespo, Domingo De Cristófaro, Nélida Delbonis, María Amelia Diaz, Celestina Di Biasi, Jorge Luis Estrella, Miguel Ángel González, Carlos Kuraiem, José Martínez-Bargiela, Elvira Otero, Raúl Pérez Arias, Ricardo Rubio y Andrés Utello.

PALABRAS DE PRESENTACIÓN:

Entre tantas aproximaciones vertidas a través de los siglos acerca de la poesía o de su concepto, no pretenderé agregar ahora algo novedoso que ilustre o justifique la presente edición; no podría advertir que mi especulación fuera realmente nueva, pues no las he leído todas, creo que nadie lo ha hecho; además, la sola lectura no garantiza el recuerdo de lo leído, de modo que prefiero dejar las cosas en su sitio y unirme a ciertas propuestas estéticas dadas, que están en curso; en virtud de no repetir, sólo encuentro la necesidad de manifestar que los poemas impresos a continuación son en su mayoría inéditos y pertenecen a los integrantes actuales del Grupo Literario La Luna Que, a treinta y dos años de su fundación. Distintos tonos, distintas trayectorias, distintas experimentaciones y voces con el común denominador de la búsqueda y la superación. Quienes integramos las páginas de este libro, coincidimos más en los aspectos éticos que en los estéticos. Decir que en estos tiempos la unión de un conjunto de poetas depende de aproximaciones de elección o gusto es tan mendaz como suponerlo calladamente y pretender aceptarlo. Sólo las coincidencias de orden ético son capaces de fusionar, ligar o estrechar vínculos que serán, con el avance del tiempo, difíciles de abatir. Las otras, las uniones dadas sólo por coincidencias estéticas, se extienden el lapso necesario para que algunos de sus integrantes se destaquen por hipotéticos méritos por sobre el resto y no encuentren el cobijo a sus presuntas medidas. Este imaginario plus ultra no es otra cosa que vanidad, cosa común y del diario suceder, mucho más frecuente que el talento. Creer trascendidas las posibilidades de otros es lo que sucede habitualmente entre las personas. Resulta difícil conciliar este aspecto en poesía, donde algunos privan la forma y otros el concepto, unos imitan las traducciones norteamericanas, otros, las francesas, y, aun otros, creen que es posible crecer en las castellanas; y se hallan, también, quienes respetan una voz impropia, cacofónica, reiterada, adocenada, por el simple hecho de que así brotó de sus inspiraciones y los que, contrariamente, fatigan lápices y escritorios con la incesante corrección. Quien es despojado y practica la síntesis extrema difícilmente se sienta atraído por la abundancia verbal, de modo que reprueba los circunloquios, las perífrasis, las divagaciones y quizá hasta las metáforas; quien, por el contrario, hace alarde de manantial generoso en el decir y lo practica, siente en modo inverso. Es necesaria una mirada amplia, despojada de preconceptos, rica en elasticidad y criterio, y un altruismo afirmado en la perspectiva y no en la decepción.

Ricardo Rubio


PRÓLOGO: LAS CARAS DEL ICOSAEDRO

Entre tantas aproximaciones vertidas a través de los siglos acerca de la poesía o de su concepto, no pretenderé agregar ahora algo novedoso que ilustre o justifique la presente edición; no podría advertir que mi especulación fuera realmente nueva, pues no las he leído todas, creo que nadie lo ha hecho; además, la sola lectura no garantiza el recuerdo de lo leído, de modo que prefiero dejar las cosas en su sitio y unirme a ciertas propuestas estéticas dadas, que están en curso; en virtud de no repetir, sólo encuentro la necesidad de manifestar que los poemas impresos a continuación son en su mayoría inéditos y pertenecen a los integrantes actuales del Grupo Literario La Luna Que, a treinta y dos años de su fundación. Distintos tonos, distintas trayectorias, distintas experimentaciones y voces con el común denominador de la búsqueda y la superación. Quienes integramos las páginas de este libro, coincidimos más en los aspectos éticos que en los estéticos. Decir que en estos tiempos la unión de un conjunto de poetas depende de aproximaciones de elección o gusto es tan mendaz como suponerlo calladamente y pretender aceptarlo. Sólo las coincidencias de orden ético son capaces de fusionar, ligar o estrechar vínculos que serán, con el avance del tiempo, difíciles de abatir. Las otras, las uniones dadas sólo por coincidencias estéticas, se extienden el lapso necesario para que algunos de sus integrantes se destaquen por hipotéticos méritos por sobre el resto y no encuentren el cobijo a sus presuntas medidas. Este imaginario plus ultra no es otra cosa que vanidad, cosa común y del diario suceder, mucho más frecuente que el talento. Creer trascendidas las posibilidades de otros es lo que sucede habitualmente entre las personas. Resulta difícil conciliar este aspecto en poesía, donde algunos privan la forma y otros el concepto, unos imitan las traducciones norteamericanas, otros, las francesas, y, aun otros, creen que es posible crecer en las castellanas; y se hallan, también, quienes respetan una voz impropia, cacofónica, reiterada, adocenada, por el simple hecho de que así brotó de sus inspiraciones y los que, contrariamente, fatigan lápices y escritorios con la incesante corrección. Quien es despojado y practica la síntesis extrema difícilmente se sienta atraído por la abundancia verbal, de modo que reprueba los circunloquios, las perífrasis, las divagaciones y quizá hasta las metáforas; quien, por el contrario, hace alarde de manantial generoso en el decir y lo practica, siente en modo inverso. Es necesaria una mirada amplia, despojada de preconceptos, rica en elasticidad y criterio, y un altruismo afirmado en la perspectiva y no en la decepción.

He aquí las caras del icosaedro.

Ricardo Rubio

COTRATAPA: En circunstancias de crisis o de agonía de valores, en los que la coherencia tiende a desaparecer, los procesos éticos se subvierten y configuran un sistema letárgico de convivencia. El desconcierto de orden reconstructivo, propuesto por las últimas contorsiones de la posmodernidad, afectó a la manifestación artística del mismo modo en que afectó a la sociedad toda.

Históricamente, los momentos sociales de mayor fricción de nuestra sufrida humanidad fueron provocadores de vanguardias de todo orden y de verificado aporte cultural, a saber: mayor profundidad, mejores análisis, crítica virtuosa.

No sucede así en estos tiempos. Por el contrario, la globalización tiende a la manipulación literaria apagándola con facilismos que, hincados en el mal gusto y la  puerilidad, expenderá por millones, ya que, correlativamente, no se instruye para el desarrollo del intelecto. Sin un proyecto, desaparece el sentido que mantiene con vida al estímulo creativo.

Además de nuestros continuados esfuerzos en lo personal, la fruición por el arte del decir nos lleva a otra lucha, aquella que nos es posible ejercer con la palabra del modo más eficaz que esté al alcance de nuestra pluma, que pugne por una nueva era que conozca la madurez.

Después de tantos fracasos, nuestra resistencia es continuar, acaso esperanzados por el mito del fénix, soportar las sucesivas ineficacias culturales y declararnos gregarios a través de un trabajo constante con la palabra y con el estudio riguroso y crítico de sus particularidades.

Ricardo Rubio