HAIKU PARA LA VIDA, de Susana Lamaison

11x8, 70 pag.

Haiku (2011).

Colección MicrOmegaS, Nº 9.

Lámina interior de Haiku para la vida: Agustina y Franco

 

Susana Lamaison con Agustina y Franco, sus nietos.

COMO SE VAN LOS PÁJAROS, de Susana Lamaison

11x18, 68 pag.

 

Haiku (2011).

AMOR EN VUELO, de Amadeo Gravino

12,5x20; 28 pag.

Poesía (2006, Colección Dorada).

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CONTRATAPA

El haiku es uno de los capítulos más sensibles de la literatura japonesa. Adquirió su forma actual a finales del s. XV y debe su nombre definitivo al poeta y ensayista Shiki (1867-1902).
Amadeo Gravino ingresa, con los poemas de Amor en vuelo, al mágico mundo de las imágenes y los sentimientos más sublimes que pueden proveer los haiku, no simplemente desde el paisaje
que se ve, sino también desde aquel que el ojo proyecta. Reuniendo dos voces para un mismo canto, funde sus versos libres a la milenaria estética con un vuelo de amor.

                                                                                                                   Ricardo Rubio

POEMAS EN MINIATURA, de Ana Bauchiero

Poemas en miniatura

11x17, 72 pag.

Poesía haiku (2010). Arte de tapa e ilustraciones interiores de Renate Levy.

HAI, de Long-Ohni

Long-Ohni
11×17, 96 pag.

Poesía haiku (2010).

Long-Ohni

Long-Ohni

COMENTARIO de Boris Frontera

¿Se puede hacer haiku en un idioma que no sea el japonés y escribirlos al margen del ideograma y de sus complementos, cuando, como sabemos, ellos abarcan tanto elementos poéticos como visuales? Y, en un orden más habitual a nuestras discusiones, pueden legítimamente existir fueran del marco de religiosidad, sabiduría e iluminación que le prestarían ciertas escuelas budistas? Hay quienes creen que sí y no por mero diletantismo, sino porque el estudio y la frecuentación de lo oriental los ha convencido de que esa actividad es valedera también para expresar, en claves nuestras, los sentimientos que impulsan esa forma lírica en el otro extremo del mundo.

Long-Ohni es una de esas personas. Los hace, además, con visible adhesión a la normativa clásica, revestida de impersonalidad y obediente a pautas de dilución en la naturaleza, actitudes que siendo japoneses son asimismo humanas. Es una magnífica poeta y esa pátina oriental sin violencias anima una voz reconocible y cuidada, necesariamente occidental, pero a la vez dócil al ilustre magisterio invocado. Por cierto, hay introspección y clara noción de ser, pero no apasionamiento vacuo ni romanticismo exaltado: “Arde la hoguera / y es la última ofrenda / del árbol viejo”, dice. O morosamente reflexiona: “Retorna el día. / Y aunque siempre lo ha hecho, / hoy es distinto.” Difiere su índole de la de Basho y su  peregrinación no es la de un monje; más bien cabe filiarla al andariego Issa o al irónico Shiki: “Sobre el tejado / la veleta hacia el Norte / y yo sin rumbo.”

Boris Frontera

LIBRO DE EPITAFIOS, de Fernando Sánchez Zinny

Libro de epitafios

11x17,96 pag.

Poesía haiku (2010).

Fernando Sanchez Zinny

Fernando Sánchez Zinny

CAERÁ OTRA LLUVIA, de Susana Lamaison

Caerá otra lluvia, haiku de Susana Lamaison

14x20, 212 pag.

Poesía haiku de Susana Lamaison.

PRESENTACIÓN: “Caerá otra lluvia”, 9 de noviembre de 2007.

Estamos reunidos para celebrar la llegada de este libro de poesía de Susana Lamaison y no puedo sustraerme de la idea del efecto impactante que la imagen del haiku propone a nuestros sentidos, tampoco puedo sustraerme que este volumen lleva por nombre Caerá otra lluvia”, la palabra lluvia es un símbolo que desde el siglo XVII se considera tópico, es decir, un símbolo asentado y aceptado como referente universal. Acaso la novela de Alessandro Manzoni, I promessi sposi (los novios), es la responsable de que la palabra “lluvia” llegase a la categoría de tópico en nuestras letras occidentales. Lluvia significa cambio, nueva vida, sed que muere, fin del fuego caótico, lo que renace, lo que empieza nuevamente, otro modo de interpretar el mito del fénix. Esta alusión occidental, en Caerá otra lluvia, se funde con el formato oriental del haiku.

Según algunos especialistas los orígenes del haiku se encuentran en el haikai. El haikai es una forma poética basada en el humor y la ironía. Se dice también que, al paso del tiempo, el haikai se asocia a otro estilo conocido como Renga, formándose así una derivación, el Haikai-no-Renga.

El Haikai-no-Renga era una sucesión de poemas Haikai que mantenía el estilo gracioso del original. El primer poema que iniciaba esta sucesión se denominaba Hokku. Y es Matsuo Basho, poeta especialista en haikai, quien separa el primer poema del Haikai-no-Renga (el Hokku), independizándolo, dándole así al Hokku una personalización estética y expresiva. Pero Basho también llama Haiku al Hokku.

Más adelante, poetas como Masaoka Shiki separaron sustancialmente el haiku del Hokku, dejando al hokku la característica «cómica», y dando al haiku el valor «espiritual» que hoy conocemos y que Susana Lamaison presenta en gran espectro.

Tradicionalmente, el haiku buscaba describir los fenómenos naturales, el cambio de las estaciones o la vida cotidiana en relación con la mirada sujeto/objetiva del poeta. Muy influido por la filosofía del zen, su estilo se caracteriza por la naturalidad, la sencillez (no el simplismo), la sutileza y la austeridad, buscando sugerir la libertad y la eternidad en concomitancia, latiendo juntos el ritmo universal.

Susana Lamaison, la Haijin que esta noche nos convoca, nos entrega su trabajo haciendo gala de su imaginería y su genio, y emulando a Chiyo ni, la más notable de las mujeres del haiku, presenta, en este libro, doscientas composiciones como una lluvia de imágenes que no se agotan en el cambio que desde el título sugiere.

Oriente y occidente se funden así, conformando una cosmogonía que se iniciara en su primer libro “Por la rama del paraíso”, donde Alberto Luis Ponzo, que escribe su contratapa, señala el mundo indescifrado y sus infinitas impresiones. En éste, en “Caerá otra lluvia”, el mundo indescifrado se convierte en una suma de impresiones, la íntima traducción, reflejos del presente inmediato de cada texto, pues el haiku no expresa pensamientos o ideas sino la realidad honda de las cosas, su esencia misma, y se basa en la intuición, en la simplicidad, y a un mismo tiempo evade el juicio todo cuanto le es posible.

No por ello, la autora se independiza de los temas del desasosiego, del amor, del desamor, de la espera o del apremio. La permanente alusión a la esencia de esta poética, el paisaje, la naturaleza, la mirada, acucian, acompañan la acción subjetiva de los ojos con en ambiente. Como dijo Matsuo Basho: ”Haiku es simplemente lo que está sucediendo en este lugar, en este momento”

Ricardo Rubio